Comprender cuál es la luna más grande del sistema solar llevará al hecho de que cualquier individuo pueda sumergirse en la labor investigativa. Relacionada, por supuesto, a los procesos históricos y, especialmente, científicos que han marcado su identificación.
La ciencia, a pesar de los avances que ha provisto en la actualidad, no era el eje predominante en las sociedades antiguas. Los descubrimientos astronómicos más importantes no han derivado, en sí, de épocas pasadas, sino de las más inmediatas.
¿Cuál es la trayectoria investigativa de la luna más grande del sistema solar?
El 7 de enero de 1610 Galileo Galilei observó lo que denominó como tres estrellas fijas. Eran totalmente invisibles gracias a las pequeñas proporciones de sus tamaños; de acuerdo a lo que dictaba en su diario, pudo notar a los mayores satélites de Júpiter, siendo la primera persona en exponerlos y analizarlos.
La noche previa al descubrimiento de las lunas, se hizo un determinante descubrimiento. Las pequeñas estrellas se componían en realidad por Genimedes, Calisto. Asimismo, había un objeto cuyo reflejo dependía de una combinación creada entre Europa e Ío.
Mientras avanzaba con las investigaciones, el 13 de enero se observó por primera vez los cuatro satélites mayores de Júpiter al mismo tiempo; puesto que anteriormente se había percatado de éstos por separado.
Llegando a la conclusión de que eran objetos que orbitaban al planeta, el 15 de enero, reclamó el derecho de nombrarlos. Tras un debate interno por bautizar los satélites, principalmente consideró «Estrellas de Cosme», no obstante, al final optó por nombrarlos «Estrellas mediceas».
Siendo rechazada la propuesta de Galileo por la comunidad de astrónomos, el especialista francés Niclas-Claude Fabri de Peiresc expuso su brillante idea de adjudicar nombres individuales para cada satélite. Partió de los miembros de la familia Médici; argumento que al final tuvo el mismo destino que la propuesta de Galileo.
Discrepancia de la investigación de Galileo
En 1614 se presenta Simon Marius, un astrónomo alemán que dicta haber descubierto los satélites de Júpiter incluso antes que Galileo. A partir de las sugerencias de Johannes Kepler, Marius optó por nombrar a una de las lunas «Ganimedes». Sin embargo, tanto este nombre como otras propuestas realizadas a la comunidad de astrónomos fueron rechazadas por la misma.
Carece de una forma específica a la cual dirigirse a dicho satélite durante los siguientes años de su descubrimiento. Una gran parte de los expertos lo señalaban a través del número romano, Júpiter III; guiándose mediante el sistema que introdujo Galileo.
No obstante, tras el hallazgo de los satélites de Saturno, la nomenclatura que Kepler y Marius hicieron una propuesta. El objetivo era los satélites jovianos se volvió más usual, situándose a mediados del siglo XX.
Por otro lado, se debe acotar que, entre todas las lunas de Júpiter, Ganimedes es la única cuyo nombre es masculino. Además, los cuatro satélites más grandes de Júpiter comparten el privilegio de denominarse «Satélites galileanos», gracias a que se concluyó que Galileo se mantuvo en la vanguardia durante el descubrimiento de las mismas. Indudablemente, evidenció de haber encontrado la luna más grande del sistema solar.
¿Cuál es la estructura?
Con una estructura compuesta por hielo y silicatos, Ganimedes goza de una corteza rica en agua, abundante principalmente en su estado sólido. Flota sobre un manto que es capaz de mantener una capa de agua en su estado líquido.
Los análisis de la nave orbital Galileo dictan que la luna mantiene un sistema que se puede diferenciar en tres capas distintas. Un diminuto núcleo de hierro y azufre en el centro, o de hierro fundido; arropado por un manto de sílice rocoso que mantiene en la parte exterior una corteza helada.
Gracias al hallazgo del centro metálico, los expertos determinar que el grado de calentamiento en Ganimedes puede ser aún mayor de los que se habían propuesto con anterioridad. Por otro lado, se concluye que ésta luna se puede asemejar a la estructura de Ío, con la única diferencia de una capa adicional de hielo en su exterior.
La superficie de esta luna está compuesta por dos tipos de terrenos: Las regiones oscuras que, aunque son viejas, se consideran más jóvenes; y las áreas más viejas, caracterizadas por los incontables cráteres existentes.
El patrón que siguen estos movimientos proviene de fuerzas tectónicas, ocasionando una extensión de ranuras y anillos. Por otro lado, se debe acotar que la corteza de Ganimedes se inclina a estar dividida en una serie de placas tectónicas. Propiamente dicho, como se halla estructurada la Tierra; dichas placas son capaces de moverse de forma independiente y ejercer presión en zonas de fractura que, a su vez, originarían cordilleras.
¿Cuál es la semejanza de la luna más grade del sistema solar en relación al resto de los planetas rocosos?
De igual forma, se debe resaltar que un estudio realizado a la superficie de la luna, pudo concluir en la presencia de lava ya en su estado sólido. Por tanto, se determina que Ganimedes puede asemejarse más a la tierra que planetas como Marte o Venus.
En éste satélite se puede observar anillos y ranuras idénticas a los que se avistan en otras lunas del sistema solar. Algunas son Ariel, Miranda y Encélado, mientras que las regiones oscuras de la misma coinciden con los rasgos de Calisto.
Gracias a una serie de sobrevuelos en la nave Galileo, se ha podido concluir que Ganimedes posee su propia magnetosfera. La cual, posiblemente se genera de forma similar a la del planeta Tierra.
En otras palabras, es el resultado de un movimiento constante de material conductivo en su interior. Determinándose que puede existir una capa compuesta por agua en su estado líquido acompañada por una alta concentración de sal.
Comprender la existencia de la luna más grande del sistema solar, su composición y variaciones químicas, es uno de los logros más importantes de la especie humana. Esto abre, o bien, incrementa el paso a los procesos de colonización espacial.
Esto permite, no solo entendedor el espacio exterior, sino también elaborar un conjunto de ideas y estrategias que favorezcan al logro de los objetivos particulares.