Cuáles son los dioses de los aztecas

Los dioses de los aztecas son personajes mitológicos de una de las civilizaciones más importantes que imperó el continente americano en antes de la dominación europea. En esta entrada te plantearemos cuáles son los más importantes.dioses de los aztecas

¿Cuáles son los dioses de los aztecas más conocidos?

Yacatecuhtli:

Los Aztecas tenían diversas formas de clasificar a sus dioses. Entre éstas se hallan los denominados «dioses viejos». Yacatecuhtli, perteneciendo a la categoría, era el propio representante de la protección tanto para los viajeros que se aventuraban entre largos y peligrosos caminos como para los mercaderes que pretendían realizar sus negocios sin ser amenazados y robados.

Éste dios tuvo mucha presencia entre la cultura Azteca, puesto que la gran mayoría de los ciudadanos le realizaba constante ofrendas; regalándoles esclavos a cambio de su bendición. Por otro lado, la desproporción de su nariz servía como una orientación o guía.

Quetzalcóatl:

Dentro del pueblo Azteca, éste dios era considerado una deidad muy poderosa, la cual dominaba diversos ámbitos de interés para los hombres, tales como la vida, sabiduría, fertilidad, noche, día o vientos.

Se considera que, entre los ciudadanos, éste representaba uno de los dioses más relevantes para los mismos, siendo apoyado por la mayor parte de los palurdos que se dedicaban a sus cosechas. La estructura de su cuerpo es representada a través de la piel de una serpiente, de la cual se desprenden un puñal de plumas y se le adjudica a la forma de un ser humano.

Coatlicue:

Siendo mujer, su cuerpo daba vida a una deidad con forma de serpiente, en su manera integral, manteniendo cuatro manos con las cuales se apoyaba y tres cabezas. Coatlicue se convirtió en una de las diosas más imponentes de la cultura Azteca.

Puesto que es la más acta representación de la muerte y vida al mismo tiempo, es también comprendida como las diosas de todos los dioses; además la misma actúa como guía espiritual para el renacimiento de los palurdos.

El pueblo Azteca abalaba enormemente el poder que concedía ésta deidad, pues, se le conocía como la piadosa que otorgaba la vida, mientras que, por otro lado, la arrebataba sin más previo aviso.

Metzli:

Que los dioses compartieran algún rasgo con los reptiles era un auge durante entre los habitantes de éste pueblo. Tal como muchos otros miembros de la familia de deidades que se haya en el amplio catálogo de los Aztecas.

Metzli, cuyo nombre se puede traducir a «la diosa de la serpiente en el rostro», es la manipuladora de la luna; que, a su vez, gracias a la influencia de los reptiles que le acompañaban, también capaz de controlar los dominios del agua. Si bien provocaba muchas tempestades, regaba y bendecía los cultivos en las regiones de los Aztecas.

Mictlantecuhtli:

Con un aspecto deslumbrante y exagerado, éste se transformaba en la cultura Azteca en el dios de la muerte. El grupo al que pertenecía sostenían una leve presencia frente a ésta deidad; puesto que siendo el amo y señor de las almas que iban a parar a su respectivo «infierno», su titánica exuberancia opacaba a los incontables miembros del basto catálogo de deidades en la cultura Azteca.

Éste fue sin duda el dios menos queridos por los ciudadanos; por tanto, evitaban a toda costa realizar acciones que los obligara a permanecer expuestos a las tinieblas y sombras del reino de Mictlantecuhtli.

Xipe Totec:

Siendo una deidad que representaba la virilidad y masculinidad en los Aztecas, su apariencia se mostraba imponente, poderoso y audaz. Entre los colores que dominaban su repertorio se podían encontrar amarillo y rojo, puesto que era la pura representación de la competencia y ardua actividad.

 

Por otro lado, se debe acotar que a éste dios también se le adjudicaba la aurora, juventud y abundancia en todo su esplendor, Xipe Totec se dedicaba a regar los amplios cultivos de maíz que sembraban los ciudadanos Aztecas.

Ahuiateteo:

Entre el conjunto de dioses en el índice de la cultura Azteca, se puede observar la presencia de Ahuiateteo; la eminencia que pertenece al grupo de los inmortales que atrae a los palurdos hacia el placer, vicios, lujuria y un sinfín de deseos terrenales.

En complemento con las deidades del grupo de los Tzitzimime, se formaba un grupo de dioses que se contradecían los unos a los otros, cada uno representado lo opuesto entre ellos mismos. De esta forma, se daba lugar a la prominencia de la sequía y muerte, quienes abundaban en ciertos periodos para los Aztecas.

Xiuhtecuhtli:

Perteneciendo al grupo selectos de las deidades ancianas, ésta figura era la mayor y más importante representante de los guerreros. Su presencia mantenía colores que pudiera incentivar a los que acudían al mismo, tales como la combinación de amarillo con rojo; los cuales le brindaba la esencia de masculinidad que los mortales soldados y guerreros deseaban encontrar en un modelo.

Por otro lado, se debe acotar que el mismo, es la pura representación del calor y fuego, convirtiéndose en un ente significativamente respetado por sus devotos, quienes se encontraban constituidos no sólo por guerreros, sino que se le consideraba el amo del tiempo y de los reyes.

Ixtlilton:

Perteneció a la familia de los dioses ociosos, representando todo aquello que se asemejara a la diversión y los juegos. En otras palabras, se trataba de la deidad que abalaban los Aztecas en sus fiestas. Además de tutelar el ocio, también era considerado el inmortal de la cura, puesto que se le adjudicaban enfermos con el fin de que sanaran, tanto adultos como niños con algún tipo de deficiencia.

¿Por qué es importante conocer a los dioses de los aztecas?

 

Con la finalidad de sumergirse en el estudio de la historia de las civilizaciones antiguas y sus respectivas culturas, incluyendo la religión, es indudable que la comprensión de los dioses de los aztecas es una de las decisiones más importantes a tomar para quienes siente afición por estos temas.

El conocimiento sobre los dioses de los aztecas permitirá elaborar contenido a distintas áreas que se consideran relevantes para satisfacer ciertas industrias. La educación, entretenimiento y turismo ocupan un puesto predominante dentro de este esquema.