A pesar de su naturaleza incluso imprudente, el perro cariñoso tiene miedo y puede desarrollar fobias: aprender a reconocerlas es importante para su salud.
El increíble desarrollo sensorial de la audición y el olfato hace que los perros estén muy atentos incluso a los cambios ambientales más pequeños, desde los sonidos más bajos hasta los movimientos imperceptibles.
Esta predisposición puede mejorar su tarea como guardianes pero, al mismo tiempo, hace que los especímenes más sensibles y frágiles sean vulnerables.
Estos pueden vivir de manera negativa todos los estímulos provenientes del exterior, tanto por una predisposición genética como por las experiencias vividas en el pasado que los han dejado traumatizados y fóbicos.
Fobias más comunes
1.- Escaleras
El perro puede temer a las escaleras, especialmente si a una edad temprana nunca ha habido un enfoque positivo hacia ellas, dejándoles una especie de temor a lo desconocido: puede haber sufrido traumas al caer de los escalones o haber encontrado dificultades para enfrentar ascensos y descensos, debido a problemas de naturaleza física relacionados con la edad o la presencia de enfermedades.
2.- Otros perros
A un animal mal socializado le resultará difícil interactuar con otros animales y, en particular, con su propia especie si han sido arrancados prematuramente de la atención materna y socialización con sus hermanos.
En ese caso, podría haber pasado mucho tiempo en compañía de personas tan agresivas y haber desarrollado una relación sólida con una fobia emocional fuerte, como en una perreras.
En este caso, es esencial involucrar a un educador que pueda sugerir la solución y el mejor enfoque.
3.-Los Coches
Llevar al cuadrúpedo en coche podría desencadenar en él estados de ansiedad y miedo, hasta el punto de provocarle el clásico movimiento de las náuseas con un rechazo relativo.
Aunque el medio de transporte sea muy cómodo, a los ojos del animal parece ruidoso, demasiado rápido y puede crear una sensación de inestabilidad física: para superar el trauma es bueno involucrar al veterinario o a un conductor experimentado.
4.- Baño y Aseo
No a todos los perros les gusta ser manipulados durante la etapa de aseo, especialmente por manos ajenas, por lo que es importante crear una especie de continuidad vinculada al lugar o la persona.
Mejor si es por el propietario en el hogar, quien podrá equiparse con productos y toallas para asegurar una fase de limpieza más serena, tratando de tranquilizar a su amigo haciendo que el ambiente sea acogedor y pacífico.
5.- Tormenta y fuegos artificiales
Las tormentas crean una fuerte ansiedad producida por el ruido, que resulta en truenos y relámpagos, una especie de bombardeo auditivo que aumenta el miedo emocional.
La tormenta libera energía eléctrica en el aire y esto molesta al perro, que puede sentir pequeñas descargas y hormigueo en todo el cuerpo.
Un tratamiento similar debería extenderse a fuegos artificiales, que parecen ruidosos y con un olor desagradable: por esta razón es bueno dejarles la posibilidad de refugiarse en un rincón protegido de la casa tratando de consolarlos y tranquilizarlos.
6.- Soledad
El más temido de los síndromes es la ansiedad por separación, que relega al perro a un estado de soledad en el hogar: una fobia típica de los perros que han experimentado en sus carnes el abandono , vida en las calles, refugio en alguna perrera y la muerte de un ser querido.
7.- Veterinario
Exactamente como sucede con el hombre, también el perro puede temer las visitas médicas de un veterinario, una condición que el amigo vive desde la sala de espera, donde la ansiedad es palpable y estimulada por la presencia de otros similares en la misma condición.
Para interrumpir esta situación, podría ser útil hacer rutas aleatorias cuando se dirigen al veterinario.
También, en su estudio, previamente alertados el veterinario podría crear un ambiente de juego y darle de comer alguna golosinas
8.- Desconocidos
El miedo a extraños surge cuando el perro ha sufrido violencia y abuso por parte de personas específicas, quizás con una connotación física reconocible, con un olor particular, un vestido o con un tono de voz preciso: todas las condiciones que pueden desencadenar el terror en nuestro amigo.